El Raval avanza a dos velocidades. La reforma urbanística circula por una autovía, pero la resolución de sus problemas más enquistados discurre por un camino lleno de baches y curvas. Los 109 millones de euros que ha invertido el Ayuntamiento de Barcelona desde el año 2000 han permitido lavarle la cara, pero se antojan insuficientes para transformar el barrio: robos, prostitución y venta de drogas siguen siendo los grandes problemas.
Aquí se vende droga a partir de las ocho de la tarde"Los ladrones quitan los móviles a un montón de clientes. Aquí se vende droga a partir de las ocho de la tarde. Tenemos prostitutas en la calle de atrás. Creo que falta un poco de luz. Así toda esta gente trabaja mejor". Sam, natural de Bangladesh y trabajador del Bella Toscana, describe en pocos segundos la letanía de preocupaciones que vecinos y comerciantes de la Rambla del Raval repiten. "Pasa todas las noches", señala Ijaz, que trabaja en la zona hace 20 años.
Seguridad y limpieza
"Falta seguridad y limpieza", apunta Iftiqar, taxista, mientras arranca con dos turistas a bordo. "Llevo 10 años aquí. Lo veo mejor, pero mis padres han decidido que nos vamos porque la cosa está cada vez peor", indica Amissa, de 18 años y vecina del barrio.
Falta seguridad y limpieza¿Se exagera? "La prostitución no es nueva aquí. La seguridad no va muy bien, pero también roban en el Passeig de Gràcia. Sólo es noticia lo que pasa aquí", lamenta el presidente de la Associació de Comerciants de la Rambla del Raval, Francesc Llorca, que afronta el futuro "con esperanza". "No hay ningún local cerrado. Las expectativas son elevadas. Además, este 2010 se instala la Filmoteca, que compensará a la población extranjera, ya que ahora el color lo damos nosotros", bromea.
Rehabilitación de pisos
Una década ha pasado desde la inauguración de la Rambla. Desde entonces, ha habido una lluvia de dinero: la rehabilitación del 45% de las viviendas, reforma de la plaça Gardunya o de la biblioteca de la Santa Creu, el polideportivo de Can Ricart, o la urbanización de las calles Notariat, Junta de Comerç o Joaquim Costa, donde el lunes se excavaba para instalar la recogida neumática de residuos.
Con un par de vecinos enfadados con los problemas descritos y otros, como la presencia de los trileros o la venta ambulante, se las tuvo que ver ayer el alcalde, Jordi Hereu. El primer edil defendió su fórmula (más presión en la calle y mejora del espacio público con inversiones) para "ganar la batalla". CiU, en cambio, cree que la transformación del Raval "ha fracasado".
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Dicen que la falta de seguridad se exagera en el Raval. En cierta manera eso es cierto pero porque el control de la seguridad está en manos de grupos de delincuentes y ellos regulan cuánta violencia hay que ejercer en cada momento para proteger sus negocios ilegales.
ResponderEliminarLos proxenetas y traficantes disponen de decenas de matones que podemos ver cada día en la calle marcando territorio. Por eso la policía no se atreve a cerrar prostíbulos ilegales que llevan en funcionamiento años, como los de la calle Robador.