Dos mossos del Raval se libran de la prueba de tóxicos por ir rasurados
Los mossos rasurados del "caso Raval" aseguran no tener nada que esconder
Los últimos dos agentes examinados por los forenses han negado
consumir drogas de abuso, aparte de la ingesta esporádica de alcohol, y
los médicos han hecho constar la imposibilidad de tomarles una muestra
de cabello por ser este "muy corto" -tres milímetros- e ir "rasurados".
La
juez que investiga la muerte de Benítez encargó en febrero pasado, a
instancias de la fiscal, que dos médicos forenses elaboraran un informe
sobre la salud mental y, en su caso, los hábitos tóxicos de los diez
agentes imputados -dos de ellos mujeres-, lo que provocó un profundo
malestar en sectores de la policía catalana.
Los informes
forenses sobre los dos últimos agentes sometidos a estudio concluyen que
tienen un nivel de inteligencia "dentro de los límites de la
normalidad", con un estado anímico correcto y "sin indicios de patología
en la sensopercepción", a la espera de que la Unidad de Psicología
complemente esa valoración con estudios psicométricos.
Los mossos
examinados fueron colaboradores y "atentos" durante la exploración y,
según señalan los forenses, demostraron "comprensión y capacidad de
diálogo", un lenguaje fluido y coherente y una actividad verbal
"correcta y coordinada".
Además, en el caso de uno de los dos
agentes explorados, el informe podría contribuir a desmontar el
argumento de su defensa de que los puñetazos que propinó a Benítez
durante la contención eran de distracción, puesto que es diestro y los
daba con el brazo derecho.
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