FRACAS ILLA ROBADOR
Com es que a Suissa es compleixen les normatives i aquí no?
Pot ser el problema son els dirigents que no les fan cumplir.
http://www.elperiodico.cat/ca/noticias/barcelona/20101101/els-nous-veins-denuncien-fracas-del-pla-lilla-robador/569272.shtml
http://www.lavanguardia.es/lv24h/20101101/54063450124.html
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http://www.vozbcn.com/2010/11/02/40228/hereu-arriesgar-politica-personalmente/
ResponderEliminar¿PROPOSICIONES MOLESTAS, INDECENTES, O REALMENTE SON SITUACIONES DENIGRANTES PARA LA MUJER?. NO APTO PARA NIÑOS
ResponderEliminarCorroboro todo el artículo de mis vecinos. Aprovecho las palabras de Irene en “óptica femenina” para compartir, mi última experiencia en este sentido.
Reconozco que no lo hice antes por vergüenza, ya que, ese día, subí a casa con más rabia y frustración que en otras ocasiones, porque fueron unos minutos interminables. El sujeto, alargó mi agonía deliberadamente, intentando que le mostrara mi fragilidad para utilizarla, nuevamente, cuando a él se le volviese a antojar.
Viernes, 29 de octubre. 16:30 horas. En una calle del Raval. Furgón y coche policía.
Un tipo sale de la bodega ¡cerveza en mano y bailando!. A pesar de que la calle está llena de meretrices, el tipo se fija en mí ¡que casualidad!. Mentalmente repaso mi aspecto: ropa discreta e inexpresión en mi cara, y pienso; ¡tranquila, es evidente que no eres meretriz!
El tipo camina hacia mí. Tiene signos claros de embriaguez. Intuyo que, voy a tener problemas. Me digo a mi misma: ¡no muestres miedo, no le des el placer de escandalizarte!.
Cuando está próximo a mí, lanza la pregunta: ¿Cuánto por una pajilla? ¿no haces pajillas? (lo siento/estas fueron sus palabras). No le contesto. Sigo caminando.
Él me sigue. Llego a mi portería. Él también (ahora, ya sabe donde vivo). Dudo si sacar las llaves del bolso, al final decido sacarlas sin prestarle atención. Intento aparentar tranquilidad, aunque mi mente va a mil por hora. Él repite su pregunta e insiste: ¡Por favor, hazme una pajilla!. Esta vez decido mirarle a los ojos. Le digo: ¡está prohibido beber en la calle!.
Intento abrir la puerta. Se acerca un poco a mí. Me toca, me pone su mano en mi hombro (decido no darle importancia a que me toque, aunque ¡maldita sea la gracia que me hace!). Masculla palabras. Voy entrando en la portería, se me grabó su última frase: ¡Hoy me haré una paja por ti, te lo prometo!. Fui cerrando la puerta con calma, intentando no mostrar la desesperación que realmente sentía. Finalmente se marchó.
Era la primera vez que veía a este tipo en esta calle. En estos días tampoco lo he vuelto a ver.
Estas situaciones tan “DENIGRANTES” son las que vivimos, demasiado a menudo, las mujeres del barrio que NO somos meretrices.
El RAVAL más moderno, más cool, más multicultural NO logra erradicar lo que gritan las entrañas de algunas de sus calles: “la mujer está para servir al hombre”.
Nuestras autoridades deberían reflexionar: ¿Proposiciones molestas, indecentes, o denigrantes para la mujer?
Efectivamente (recojo el guante del comentario anterior). Los discursos "oficiales" se han esforzado por inculcarnos la idea (y todavía hay quien se la cree, o peor, todavía hay quien sigue haciendo propaganda con ella)de que este era uno de los "laboratorios" donde se estaba forjando la sociedad barcelonesa del futuro: moderna, diversa, tolerante, abierta,... Todo eran adjetivos.
ResponderEliminarPero la realidad que se impone es la de los substantivos: el Raval es todavía una reserva de ignorancia, de pobreza y de exclusión social. Nada más antiguo que eso, puro Dickens en el siglo XXI. A pesar de tanto edificio bonito, de tanto dinero despilfarrado en el oropel.
Esa escena que describías se producía a pocos metros de un hotel de lujo, todo un símbolo de un modelo fallido que, dejando de lado a la gente, ha apostado por la mentira.
Porque la realidad es que el Raval tiene muchas posibilidades de ser un laboratorio de lo contrario. Nada dice en favor de quienes nos gobiernan el hecho de que se sigan viendo en nuestras calles escenas de hace 30 años. No me tranquiliza en absoluto que otra generación de niños se vea obligada a crecer en este entorno. La caridad tal vez pueda salvar a un puñado entre ellos, pero ¿dónde están nuestros principios? ¿dónde está la igualdad de oportunidades?
Basta ya de hipocresía.
Vecina del segundo anónimo: si quieres publicar tu historia como post en L'Altaveu de Robador, te animamos a ello. Lo podrías enviar como mail y te lo subimos.
ResponderEliminarSóc veïna de l'Illa Robador des de fa 3 anys i m'agradaria puntualitzar alguna de les informacions que apareix a l'escrit d'El Períódico. Sobre la primera frase: "«No els pots vendre, no els pots llogar, no els pots deixar buits i no pots viure-hi».
ResponderEliminarFa un any la meva parella i jo vam decidir que no volíem criar els nostres fills en aquest barri, per tot el què s'explica en l'article i per tot el què els veïns ja sabem. Però no ens vam quedar amb les mans plegades. Vam preguntar a la promotora que havien construït els pisos què havíem de fer i ens van dirigir al Departament d'Habitatge de la Generalitat. Després d'un any de tràmits, esperes, patiments i papers i més papers ens hem pogut vendre el pis. Sí veïns, és possible, costa molt, però és possible, però per nosaltres la recompensa val la pena: aquest Nadal serem fora de Barcelona i del Raval.
Els passos a seguir:
- Demanar permís a la Generalitat per poder vendre.
- Retornar les ajudes rebudes en el seu dia sobre el pis.
- Demanar la renúncia de la promotora sobre el pis.
- Confirmar el preu de venda (preu de protecció oficial) marcat per la Generalitat.
A partir d'aquí la sort és trobar algú que vulgui comprar el pis, i això ja no depèn de l'administració, sinó de les circumstàncies.
Veïns, jo només vull dir-vos que el camí és complicat i llarg, però possible. Què és 1 any de tràmits si et pots estalviar 12 anys de viure en aquest barri??