View My Stats

domingo, 17 de noviembre de 2013

El Raval, cuatro barras, manipulacio política i linxament mediatic

El Raval y las cuatro barras

Resulta inadmisible el linchamiento mediático y la manipulación política de que son víctimas los Mossos d’Esquadra

¿Recuerdan ustedes el cuartel de Intxaurrondo? ¿Les suena el nombre del entonces coronel Rodríguez Galindo? ¿Saben que, solo entre 1977 y 1982, al menos 146 personas murieron en España, víctimas de violencias policiales? Bien, pues ni siquiera en tales circunstancias a nadie solvente se le ocurrió cuestionar la legitimidad de la Guardia Civil o de la Policía Nacional, y ningún director general del ramo dimitió o fue destituido por responsabilidad política en esos sucesos. El discurso hiperdominante fue que se trataba de hechos aislados, de conductas individuales que no afectaban a la reputación del colectivo.

En Cataluña ocurre lo contrario. Cualquier intervención polémica de los Mossos d'Esquadra —hoy día, pocas actuaciones policiales no lo son— pone en entredicho al cuerpo entero y permite cuestionar su misma existencia. ¿Por qué? Lo entenderán si leen la carta que apareció aquí mismo el pasado viernes, donde la lectora Carmen Blanco tenía el mérito de verbalizar aquello que muchos otros piensan pero no dicen: “Creo que aquel capricho que obsesionaba a algunos nacionalistas de tener una policía con las cuatro barras en el uniforme nos está costando demasiado dinero y no pocos disgustos”

Una policía catalana es un experimento caprichoso y caro que además, al no depender del poder central —donde han residido siempre el monopolio y la expertise de la violencia legítima— estaba abocado al fracaso. Si encima los Mossos sirven a las órdenes de un Ejecutivo nacionalista que quiere crear estructuras de Estado, ya son un remedo de las SS. ¿Para cuándo una manifestación bajo el lema: “Disolución de los cuerpos represivos..., pero sólo los catalanes”? Habría hasta ministros y delegadas del Gobierno dispuestos a sostener la pancarta.

Una policía cuestionada

Ocho agentes de los Mossos d’Esquadra han sido imputados por la muerte de un empresario. Llueve ya sobre muy mojado: son numerosas las sentencias condenatorias a mossos por lesiones, tratos vejatorios o exceso de violencia, como quedó reflejado con toda su crudeza en aquellos famosos vídeos grabados en algunas comisarías catalanas.
Este 2013 se han cumplido 30 años desde la creación de la policía autonómica catalana y el balance, seamos sinceros, no es para tirar cohetes. Los Mossos se han convertido en una policía envuelta permanentemente en la polémica, cara para los ciudadanos, a quienes nos toca pagarles con sueldos más elevados que en el resto de España, y que a pesar de los años siguen demostrando una notable inexperiencia y falta de maña que suplen con el uso de la fuerza bruta. Creo que aquel capricho que obsesionaba a algunos nacionalistas de tener una policía con las cuatro barras en el uniforme nos está costando demasiado dinero y no pocos disgustos.— Carmen Blanco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario