Ciutat Vella pide multar con 285.000 euros un ‘edificio-meublé’ del Raval
Las mujeres que se prostituyen en el Raval suelen subir a pisos, que
alquilan por horas, con sus clientes, es lo que se conoce en el barrio
como meublé. Pero el plan de usos del distrito prohibe este
tipo de alquileres. Y no sólo eso: ha empezado una campaña para cerrar
este tipo de pisos. Desde octubre de 2013, el Consistorio ha clausurado
13. Entre ellos, se encuentran varios apartamentos del bloque C, del
número 41 de la calle de Robador, en el Raval. Los Servicios Jurídicos
de Ciutat Vella han propuesto multar con 285.000 euros tanto a la
empresa propietaria del edificio como a las personas que tenían en
alquiler cinco de las viviendas que albergaban las camas calientes
para que las mujeres pudiesen ejercer la prostitución. Los afectados
pueden recurrir la sanción, antes de que se resuelva definitivamente el
expediente del edificio, según explicó una portavoz municipal.
La propuesta de resolución castiga a Isidoro A Z., y a Carmen F. con
multas de 90.000 euros a cada uno por destinar los pisos al “alquiler de
habitaciones a tiempo parcial para la prestación de sexo retribuido sin
disponer de la habilitación municipal”, y además les aplica el
agravante de “intencionalidad y reiteración” por su actitud
“obstruccionista, encubridora y organizada” para evitar las
inspecciones. Por ello les sanciona con la cantidad máxima que permite
la ley del Derecho a la Vivienda. También condena a cuatro personas más
—Isiah Z, Elvis O, Rosa B. y Óscar J.— a 5.000 euros a cada uno por
“colaboradores” al constar en algunos de los contratos de alquiler.
Además, sanciona a la sociedad propietaria del edificio —TCME
INMOBILIARIA— porque “ha tolerado el ejercicio de la actividad ilegal de
meublé desarrollada en la finca, como mínimo desde febrero de 2011 hasta octubre de 2013”. Lo que
supone incumplir las obligaciones de “uso y conservación” de la
propiedad, por lo que les multa con 85.000 euros en base a la ley de
Urbanismo, con los agravantes también de “intencionalidad y reiteración”
porque habían sido informados.
Una portavoz de las prostitutas de la calle de Robador, Janet,
aseguró que a pesar de la presión policial no tienen ninguna intención
de cambiar de ubicación: “Hemos dicho por activa y por pasiva que es
nuestro puesto de trabajo y queremos mantenerlo”, insistió. Las mujeres
que ejercen en la calle de Robador ya hace meses que empezaron a
organizarse e incluso llegaron a reunirse con el alcalde Xavier Trias
para buscar una solución. Pero si algo ha cambiado ha sido más bien a
peor, a juicio de las prostitutas. “Queremos volver a poner la partida
en juego”, dijo Janet, que reclama un nuevo encuentro con el distrito
para acercar posiciones. Janet explicó que además de las sanciones por
los locales, la Guardia Urbana impone cada vez más multas y más caras
por ejercer la prostitución. Según aseguró, las sanciones llegan a los
3.000 euros. La zona es uno de los puntos más conflictivos, que ha sido
objeto de diversas actuaciones policiales relacionadas también con la
explotación sexual.
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