El turismo frustra el intento de reducción del ruido en Barcelona
Las personas que han estado expuestas a demasiado ruido conocen la
gravedad del asunto. No poder dormir por culpa del murmullo de los
coches o por el volumen de la música del bar de la esquina puede generar
enormes problemas de salud. Y las molestias por contaminación acústica
no solo se producen de noche. Estar expuesto a demasiados ruidos durante
el día también puede complicar y mucho la salud de los ciudadanos.
Los vecinos de Ciutat Vella, donde se concentra el turismo de
Barcelona y la mayor densidad de población, lo saben perfectamente. Es
el único distrito de Barcelona donde ha subido la contaminación acústica
de día y también de noche desde 2009, según las conclusiones del último
Mapa Estratégico del Ruido presentado ayer en Barcelona.
Las consecuencias que el ruido puede provocar en las personas son muy
subjetivas. Hay que tener en cuenta la “personalidad de cada uno y la
exposición a ese mismo ruido que ha tenido anteriormente”, según explica
el experto del Consejo de Investigaciones Científicas (CSIC) Francisco
Simón. Pero sí que hay alguna conclusiones que permiten generalizar. Una
de ellas es que “el ruido puede provocar neurosis y puede llegar a
obsesionar a las personas”, según Simón. Existen casos en los que el
ruido cesa, pero la obsesión de la persona que lo sufre es tal que no
puede descansar porque está pendiente de que se vuelva a producir. Esta
es otra conclusión a la que han llegado los expertos: el principal
problema del ruido es la “falta de control” sobre el mismo. Es decir, no
saber cuando empieza ni cuando termina.
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