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miércoles, 11 de marzo de 2015

ADECENTEM I DIGNIFIQUEM EL RAVAL


Una retaguardia más digna

Los gatos aparecieron en la fachada del número 1-5 de la calle de Xuclà a finales de la década de 1990. Formaban parte de una iniciativa, la Ciutat de les Paraules, que llenó el entonces Barrio Chino de grafitos, frases filosóficas o mensajes reivindicativos, que debían ser efímeros, en un proceso que ayudó a transformar el vecindario en algo distinto, el Raval de hoy, recuerda su autor, el ilustrador Artal Ballester. Los seis felinos dibujados en ese edificio de viviendas acabaron convirtiéndose en una «señal de identidad» del barrio: los turistas se acercaban a tomarles fotos y el espacio que queda justo delante se rebautizó popularmente como la plaza de los Gats.
Pero unos años después la propiedad decidió rehabilitar la pared y pretendía deshacerse de los gatos, algo que generó una fuerte oposición vecinal y hasta movilizaciones. Y entonces la pared quedó protegida por el Institut Municipal de Paisatge Urbà i Qualitat de Vida. Hasta hace aproximadamente tres años.

Así que esta intervención urbana, en lo que se conoce como un refranqueo, es la última inaugurada de un total de 55 paredes medianeras que se han recuperado desde el 2012. La intención inicial era actuar en 25, «un plan modesto, conservador», admite el teniente de alcalde de Hábitat Urbano, Antoni Vives, pero se ha doblado la cifra. Su idea es que en el próximo mandato se puedan recuperar un centenar de paredes siguiendo los parámetros que se han aplicado hasta ahora.
Uno de los aspectos que destaca el responsable municipal es que finalmente han logrado crear un modelo más reproducible que, por lo tanto, lo convierte en menos costoso. No hará falta hacer siempre un proyecto ad hoc para cada caso, sino que se copiará en parte. «Sí que se habían recuperado muchas paredes medianeras, pero con tratamientos más esteticistas y menos funcionales que alargaban el proceso y lo hacían caro», interpreta Vives.

JARDINES VERTICALES / Mirar hacia el cielo, al contacto entre edificios, será cada vez más agradable. Para hacer desaparecer del paisaje barcelonés las paredes de ladrillo a la vista o bien con necesidades urgentes de pintura, el ayuntamiento ha optado por diferentes estrategias, por ejemplo las que se han decantado por la «renaturalización», es decir, han colocado plantas de diferentes tipos, creando los denominados jardines verticales.
Es el caso del Jardinet del Pedró (Ciutat Vella), que, además, es autosuficiente porque el agua de lluvia recogida en la terraza va a parar a un depósito que suministra al jardín. Esto se logra gracias a unas placas solares ubicadas en el edificio anexo, un modelo este que se repite en el Jardí del Sol, en la calle de Ciutat de Granada (Sant Martí), donde se colocaron 150 metros cuadrados de paneles para captar la energía solar que conviven con hasta 12 especies vegetales y nidos para pájaros.
MEJORA TÉRMICA / Estos edificios se han convertido además en emblemas para los barrios en los que se han realizado, como los gatos de la calle de Xuclà. La autosuficiencia energética o la mejora térmica del inmueble han sido otras premisas que se han seguido. Así, en muchos de ellos se han abierto ventanas, que han transformado completamente no solo su aspecto exterior sino también la vida de sus residentes, que de repente tienen luz solar en sus pisos o en las zonas comunes de la finca.
El presupuesto global ha sido de 2,65 millones de euros, en parte procedentes del ayuntamiento y en parte de los vecinos. Esta colaboración público-privada se ha concretado también a través de empresas de colocación de publicidad (como Omm, VSA o JCDecaux), que ofrecen sufragar la recuperación de la pared medianera a cambio de instalar un espacio que comercializarán durante un tiempo. En estos casos tienen que pasar antes el control del consistorio, que debe considerar de interés público lo que se ejecutará.
LONAS PUBLICITARIAS / La colocación de lonas igualmente publicitarias durante el periodo que duran los trabajos de rehabilitación es otra fórmula de financiación de este plan. Las empresas interesadas en anunciarse lo acuerdan con los propietarios de la finca, que reciben así una inyección de dinero para unos trabajos que no son baratos.
En el recuento por distritos, Ciutat Vella ha concentrado la mayoría de las paredes medianeras recuperadas (20), seguido de Sant Martí (7) y el Eixample (6). Algunas más peculiares; otras auténticas obras de arte; unas que han transformado los pisos de la finca y, las más, las que han cosido humildemente la retaguardia de la ciudad y permiten levantar la vista sin miedo a encontrarse la Barcelona de los parches.

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