Caen un 25% los robos violentos en el centro de Barcelona en 2014
Los robos con violencia e intimidación en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona han caído un 25,7% entre enero y julio de 2014, situándose en los 1.420 hechos, una mejora que se explica por la presión policial, la mejora de la coordinación y la acción judicial, según el jefe de la comisaría del distrito, el intendente de los Mossos d'Esquadra Antoni Sánchez.
En
una entrevista de Europa Press, el mando policial ha detallado que la
mejora se debe a varios factores como "la mejora de la coordinación
policial, la creación de grupos específicos que combaten estos delitos,
la ejecución de dispositivos concretos en función de medios específicos,
incremento de personas que han entrado en prisión tras ser detenidos y
los avisos del tejido asociativo y vecinal".
El inspector de la
Guardia Urbana de Barcelona Benito Granados ha explicado a Europa Press
que los robos violentos se producen, a diferencia de los hurtos, en
zonas poco concurridas del centro porque son acciones más aparatosas en
las que el autor "no se expondrá a ser interceptado por otras personas",
por lo que los puntos más calientes se sitúan en los límites del
distrito, en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, y en el
Raval, tocando con el Eixample.
Según el inspector de la policía
barcelonesa, en estas zonas más periféricas la configuración urbana no
es tan densa, hay menos gente deambulando, las calles son más amplias,
permiten la circulación de coches, lo que buscan precisamente estos
delincuentes: "Menos presencia de testigos, porque son delitos graves
con penas de prisión, donde pueden moverse con más agilidad".
Sin
embargo, ambos mandos policiales aseguran, que pese a la presión
policial en el distrito, estos ladrones no se están desplazando a otras
zonas porque las cifras en conjunto demuestran la tendencia a la baja de
la acción de los 'tironeros', que hace dos años encendieron todas las
alarmas al repuntar este tipo de delitos violentos un 20%.
El
intendente Sánchez ha asegurado que, pese al descenso, este es un delito
"prioritario" para las patrullas del distrito, junto a los hurtos, que
representan porcentualmente el mayor número de hechos delictivos.
En
total, en lo que va de año las infracciones penales en Ciutat Vella,
que aglutina los barrios del Raval, Gòtic, Sant Pere, Santa Caterina i
la Ribera y la Barceloneta, han caído un 4,8%, situándose en los 23.195.
Mientras,
los hurtos han experimentado un ligero descenso, solo del 2,6%,
quedándose en los 16.491 delitos y faltas entre enero y julio de este
año, lo que supone que cada día se producen 78 en el distrito. Ante
estas cifras, el inspector de la Urbana asegura que la tendencia de los
últimos años es a la baja y que así seguirá este año, donde vaticina un
25% de descenso acumulado.
Aun así, ha admitido: "Bajar los
hurtos con tendencia cero es absolutamente inasumible, pero queríamos un
descenso pronunciado, ponerlo muy complicado, teniendo en cuenta que
este es un distrito de oportunidades". "Con las herramientas que tenemos
ya es razonable lo que pasa y es muy bueno, ya estaba previsto que, con
las herramientas que tenemos y las limitaciones que hay, llegaríamos a
un punto en que la cifra se estancaría.
Pero esta cifra es más
adecuada que antes. Dependemos que al final de la cadena haya penas de
prisión disuasorias", ha reflexionado. Ante la cifra de 78 hurtos al día
en el distrito, el inspector de la Urbana admite que "no puede haber
satisfacción", pero cree que hay que ponerlo en contexto con la gente
que se mueve por el distrito, donde cada día 300.000 personas transitan
por La Rambla.
"Puesto en contexto no es tan alarmante como era
cuatro años antes. No puede haber satisfacción, por eso estamos aquí
dedicando muchos recursos para que la cantidad sea cada vez menos, pero
somos conscientes de que llegamos a un umbral que necesitaremos más
recursos o combinación de estrategias para llegar a mejores estándares",
ha aseverado.
La mayoría de víctimas del hurto en el centro de
la ciudad son turistas, porque llevan más cantidad de dinero en
efectivo, llevan encima más pertenencias --aparatos electrónicos como
cámaras o 'smartphones' a la vista--, están visitando y disfrutando de
la ciudad y van más despistados.
En verano, en el centro de la
ciudad al turista le roban aprovechando las aglomeraciones y los
despistes, por ejemplo en las colas de monumentos o museos, en los
sitios de atracción turística, en las calles más concurridas, en las
visitas en grupo por el centro, en los hoteles cuando hacen el check-in,
y en la playa.
La técnica que más se utiliza es coger las
pertenencias del bolso o bolsillo sin ser detectados, lo que requiere de
mucha "habilidad", y es la que más se practica porque permite no llevar
ningún instrumento encima, ha explicado Granados.
Otras técnicas
son, en los ejes comerciales, bolsos forrados de aluminio para hurtar
ropa, para evitar el arco de seguridad; y usar un cúter o navaja para
rajar el lateral o la parte inferior de los bolsos y poder sacar el
monedero.
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